Christian Oliva fue el mejor de un Nacional que mostró dos caras y varios puntos flacos

Luis Mejía: Si bien todo el equipo la pasó mal en el primer tiempo, el panameño estuvo acorde sacando un par con los puños. En el complemento repitió y logró despejar volando un tiro de Camilo Cándido para mantener en cero su arco.

Lucas Morales: Lo anticiparon en una acción clara que tuvo Viveros, pero salvó un gol tirándose con todo cuando la pelota tenía destino de red. Su mejor faceta fue en ataque, donde gestionó una buena jugada en el complemento que terminó en disparo de Boggio. Terminó saliendo sentido.

Paolo Calione: Corrió al ritmo de los delanteros colombianos que los exigieron todo el tiempo y vio una rápida amarilla. No la pasó nada bien en los primeros 45’ minutos donde fue parte de una defensa que no podía contener a un rival muy superior. En el complemento el partido cambió y al sostener un poco más la pelota el equipo, pudo respirar, también gracias a la ayuda de Millán. 

Julián Millán: Tiene rapidez y decisión a la hora de la marca, no se achica y es de los más claros en la salida con pelota. Trabajó mucho para sostener el cero, algo que además ayudo la suerte. Un acierto su contratación, pero extraña a Coates.

Gabriel Báez: Por su lado fueron surgiendo las brechas que complicaron a toda la defensa, un sector donde Marino Hinestroza se lanzaba constantemente. De a poco se fue afianzando y a pesar que no fue descollante cumplió correctamente ante un adversario duro.

Christian Oliva: Corrió como loco por todos lados tratando de marcar y tapar espacios, pero el buen desempeño individual y colectivo de sus rivales lo exiguieron al límite. Nunca se rindió, fue a más, desde su crecimiento el equipo mejoró en la toma de la posesión en los segundo 45' y tuvo el premio con su gol.  

Luciano Boggio: Un partido muy flojo del volante que confirma que su aporte es mucho más para lo ofensivo y gestación, que para lo defensivo. Desbordado, con una amarilla rápida, e incomodo siempre, no pudo asentarse en el trámite. En el complemento, con el equipo adelantado, mejoró en algo.

Lucas Villalba: De los partidos de los que menos influencia tuvo, siendo bien controlado por Cándido y no pudiendo ser desequilibrante con su velocidad ante rivales que lo igualaban en este ítem. Tuvo alguna buena combinación con Morales, pero no pesó.

Nicolás López: Es el jugador diferente que tiene este equipo y cada vez que entra en acción aparece mucho de lo mejor del juego ofensivo del equipo. No es regular, es cierto, pero es desequilibrante cuando lograr entrar en acción. En el complemento con el equipo más volcado al ataque participó más y mejor.

Rómulo Otero: El venezolano muestra una falta de confianza absoluta en cancha. Se nota que intenta, pero no le sale una y la gente se lo hace saber con claridad desde las tribunas. Tuvo una que definió en el primer tiempo y la tiró alta y un pase para Boggio en el segundo. Perdió infinidad de pelotas en pases que generaron contras peligrosas. Debió salir mucho antes.    

Eduardo Vargas: No era un partido para él, con un rival de mucha dinámica y porte físico. En los primeros 45’ tuvo que bajar hasta el área propia en varias ocasiones para ayudar en defensa. En el complemento tuvo un hombrazo como la acción más cercana de un nuevo partido donde pasó inadvertido. Debió salir mucho antes.

LOS QUE INGRESARION

Exequiel Mereles: Ingresó por Otero a los 65’. Le dio otro desparpajo y movilidad a los tricolores en su ataque. Entró sin complejos y pleno de ganas, refrescó ganas e impulsó posibilidades.

Gonzalo Petit: Ingresó por Vargas a los 65’. No pesó demasiado y tampoco tan habilitado en un cierre de mucho nervio y más ganas que futbol.

Emiliano Ancheta: Ingresó por Morales a los 73’. A pesar de tener puntos débiles, entró con muchas ganas y le dio el pase a Oliva para que anotara el gol.

Bruno Arady: Pocos minutos en cancha.