Diego Polenta habló públicamente por primera vez desde su retiro este lunes en el programa Minuto 1 de radio Carve Deportiva, pocos días después de haber aceptado una propuesta para defender a Wanderers de Durazno en la Copa Nacional de Clubes de la OFI. “Voy porque estoy a 30 minutos del campo, no porque me haya picado el bichito de volver. Es una excusa para salir”, contó entre risas.
“Apenas dejé [de jugar en Nacional], se comunicaron conmigo. Tengo mi campo muy cerca de Durazno y es una linda experiencia. Hablé con el Chori [Gonzalo Castro] y me dijo que me van a putear, pero que voy a pasar bien. Es disfrutar del fútbol desde otro lado”, valoró. “El fin de semana que viene ya juego, así como estoy”, señaló, aunque aclaró que irá a entrenar “por un compromiso con los muchachos que juegan ahí, porque para ellos es un trabajo”.
Sobre su retiro del fútbol profesional, dijo que no “extraña nada”. “Me siento bien, tranquilo y en paz. Estoy disfrutando de otras cosas que, por cómo fue mi carrera, no podía disfrutar. No he dejado de ir a Los Céspedes. A veces voy a tomar mate o a lavar la camioneta. El otro día los funcionarios me hicieron un asado medio de despedida y me regalaron un cuadro y una remera firmada. Eso es con lo que me quedo”, apuntó.
La decisión del retiro: “no podía darle más a Nacional”
Consultado por las razones que lo llevaron a ponerle fin a su carrera, dijo que “fueron un montón de circunstancias por lo que estaba viviendo de un año a esta parte”. “Mi compromiso más grande era con Martín [Lasarte, entonces entrenador de Nacional] y le fallé en un momento clave. Mucha gente me dijo que estaba loco, pero mi cabeza venía de hace mucho tiempo con la idea del retiro”, sostuvo.
Su expulsión a los tres minutos del partido ante Juventud de Las Piedras, que fue el último que dirigió Lasarte el pasado 30 de marzo, fue el detonante. “Fue como una señal de que no podía darle más a Nacional como yo quería darle. A veces es bueno saber reconocer que, como no le podés dar a Nacional lo que se merece, tenés que dar un paso al costado”, dijo.
“Fui apoyado por mi familia, aunque tampoco le di mucha opción. Después de mucho tiempo, supe escucharme. Si ya no estaba disfrutando, ¿para qué estirarla? Fue una decisión 100% mía y creo que también me lleva a estar feliz como estoy hoy”, agregó Polenta, quien se refirió a la jugada que le costó la expulsión por un duro planchazo sobre Facundo Pérez.
“Fue una manera de decir ‘acá estoy yo’. Venía de una situación muy complicada, de tratar de defender a Martín [Lasarte]. Siempre fue mi juego y no fue de mala leche. Le pedí disculpas al jugador de Juventud y me dijo: ‘Está bien, tenías que ir así’. Se me fue la pata. Son cosas que pasan en el fútbol”, comentó.
El diálogo con Lasarte y el futuro
Ni bien lo expulsaron, la decisión de colgar los botines tomó fuerza. “Estaba decidido. Después de ahí me fui para el campo y se terminó la historia. Volví a hablar con Ricardo [Vairo, presidente de Nacional], que me entendió de la mejor manera, y con Seba Eguren [director deportivo], que lloramos un poco los dos. Es parte de. Fui a despedirme de mis compañeros”, recordó sobre aquellos primeros días de abril.
Posteriormente charló con Lasarte. “Hablamos después de lo que pasó. También estaba desgastado. Estábamos los dos desgastados de todo. Me dijo: ‘Todo bien, yo quería seguir, pero ahora estoy en paz, tranquilo’. Los dos sentimos eso”, reconoció.
No sabe si volverá a Nacional en algún otro rol ni qué quiere hacer con su futuro. Todavía no resolvió si hacer el curso de entrenador y tampoco lo convence la idea de unirse a su amigo Pablo Bentancur, quien fue su representante desde que empezó. “Pablo es un amigo. Es un mundo que en un principio me interesó y dos por tres me manda a que viche algún jugador, pero nada concreto de estar trabajando con él”, comentó.
Perchman, el capitanato, Coates y el silencio del plantel
Respecto a su vínculo con Flavio Perchman, vicepresidente tricolor, fue claro: “Ni bien ni mal: normal. Las cosas que le tenía que decir, se las dije. Después bien, tranquilo. No tenemos relación. No es que nos odiemos. Todo bien”.
Entendió que Perchman dijera públicamente que el nuevo capitán era Sebastián Coates, y recordó que él “estaba ahí por Martín Lasarte”, que pidió su renovación. “No estaba ahí por Flavio Perchman. Es normal que él apueste a otro tipo de jugadores, y me parece bárbaro. Es parte del fútbol y lo entendí a la perfección”, sostuvo.
“No es que el hombre me haya hecho algo, y le estoy agradecido, porque si bien estaba en Nacional por Martín, tenía que tener el aval de la directiva. No me molesta nada. Como hincha de Nacional, a veces me molesta que se haga todo público. Estando adentro se lo dije un día, pero a él, de frente”, añadió.
Aclaró que, a su entender, Coates como capitán “del uno al 10 es un 100”. “Lo conocía hace mucho tiempo. Es un líder de los buenos y de los más tranquilos que yo, y eso es fundamental. Él es completamente para el grupo, y eso es fundamental, más allá de la trayectoria y la experiencia. Es de esos líderes que trabajan en silencio. A mí a veces me pasaba que me iba de rosca y el Seba es distinto en eso”, ponderó.
Por último, consultado por la decisión que tomó el plantel de no hablar con los medios, dijo que habla “de todo con los compañeros”. “Los respeto en esa decisión, pero de eso estoy afuera y no me metan. No quiero entrar en ninguna polémica en el club, y menos después de una semana brava. Hay que callarse la boca, trabajar y nada más. Los problemas hay que solucionarlos puertas adentro y que dejen de filtrar cosas. Si fuera periodista, estaría loco de la vida”, concluyó.