Peñarol venció 3-2 este miércoles a Olimpia de Paraguay en el estadio Campeón del Siglo (CDS) y, con ese resultado, más la victoria de Vélez Sarsfield sobre San Antonio Bulo Bulo, se metió en los octavos de final de la Copa Libertadores por segundo año consecutivo.

Diego Aguirre le devolvió al Carbonero la identidad copera que, por muchos años, había perdido. En 2024 rompió la mala racha de 13 años sin pasar la fase de grupos —por si fuera poco, llegó hasta semifinales—, y este año los vuelve a meter entre los 16 mejores del continente.

El Aurinegro no pasaba a octavos de forma consecutiva desde hacía 27 años. La última vez había sido en 1998, cuando fue segundo en un grupo con Bolívar (1º), Nacional (3º) y Oriente Petrolero (4º).

En octavos de final eliminó con un global de 3-1 a Alianza Lima de Perú, y cayó en cuartos a manos de Cerro Porteño de Paraguay por 3-2.

Pero Peñarol no solo había avanzado de ronda en 1997 (también cayó en cuartos) y 1998, sino que lo había hecho en 1995 y 1996 previamente.

El Mirasol volvió a avanzar a octavos en el 2000 y luego en 2002. Diego Aguirre estuvo presente en tres de los cuatro pasajes de Peñarol a octavos en el siglo 21: fue finalista en 2011, alcanzó las semifinales en 2024 y sigue disputando la de este año.

Estos no fueron los únicos datos que dejó el partido. Según MisterChip, periodista español que se dedica a los datos históricos y estadísticas, el Carbonero ganó por cuarta vez un partido de Libertadores tras estar en desventaja de dos goles.

El primero fue la tercera final de la edición de 1996 contra River Plate de Argentina (de 0-2 a 4-2), luego en 2012 ante Godoy Cruz de Argentina (de 0-2 a 4-2) y el último antecedente había sido en 2016 frente a Sporting Cristal (de 0-2 a 4-3).

Además, Peñarol alcanzó ya 21 partidos consecutivos sin perder como local por Copa Libertadores en el Campeón del Siglo. Su última, y en realidad única, derrota en su casa fue el 26 de abril de 2017 contra Palmeiras, partido que ganaba 2-0 en el primer tiempo y que perdió 2-3.