Avioneta robada en Rivera: Fuerza Aérea explicó qué hizo para recuperarla en Paraguay

La Fuerza Aérea Uruguaya compartió cuál fue su procedimiento para recuperar la avioneta con matrícula CX-BKY que fue robada en la mañana de este miércoles en el Aeroclub de Rivera y apareció abandonada en Paraguay.

Según la fuerza militar, al enterarse del hurto “activó de forma inmediata sus protocolos de respuesta, movilizando a organismos nacionales competentes e informando a autoridades internacionales en el marco de los acuerdos de cooperación vigentes”.

En ese sentido, a primeras horas de la tarde la Fuerza Aérea Uruguay recibió información que indicaba que la aeronave estaba ubicada en territorio paraguayo, lo que “permitió su rápida identificación”.

“Este incidente evidencia la efectividad de los mecanismos de respuesta rápida y destaca la importancia del trabajo conjunto y coordinado entre instituciones para garantizar la seguridad aérea y la integridad del espacio regional”, señaló la fuerza militar en un comunicado.

De acuerdo con el medio binacional A Plateia, al menos cuatro personas participaron en el robo. Una de ellas se presentó como piloto e hizo preguntas muy específicas sobre las características de la aeronave, por lo que se sospecha que se trataría de un técnico, posiblemente de nacionalidad paraguaya.

Asimismo, el comunicador riverense Pedro Olivera reportó que los asaltantes tenían acento extranjero. De acuerdo con el parte policial, los delincuentes ingresaron mediante “amenaza y violencia”.

César Severo, presidente del Aeroclub, dijo posteriormente que el avión escogido por los ladrones era el único de los que estaban allí que “podía servir para algo delictivo”.

Severo manifestó que “dentro de lo que son las avionetas, es uno de los aparatos más grandes”, con capacidad para seis personas y carga. Con tanque lleno, podría volar unas cinco horas, aunque se estima que, en el momento del robo, tendría combustible como para unas dos horas en el aire.

Por el contrario, las otras aeronaves que había en el lugar eran “aviones chicos, de paseo” y de escasa utilidad si —como se presume— se los quisiera usar para narcotráfico o contrabando.