En un momento de aislamiento creciente en Occidente, el Kremlin anunció que 29 líderes extranjeros asistirán este viernes al desfile del Día de la Victoria en Moscú, un evento emblemático que conmemora los 80 años del triunfo soviético sobre la Alemania nazi y que, este año, tendrá un marcado tono político en apoyo a la ofensiva rusa en Ucrania.
Entre los asistentes destacan los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; China, Xi Jinping; y Cuba, Miguel Díaz-Canel, además de mandatarios de países de Asia, África y Europa del Este como Indonesia, Egipto, Zimbabue, Bosnia, Eslovaquia y Serbia. El acto tendrá lugar en la Plaza Roja, donde el presidente Vladimir Putin ofrecerá un discurso que se espera cargado de mensajes sobre la guerra en curso y la resistencia frente a lo que Moscú considera un “cerco occidental”.
La presencia de Lula y Xi Jinping —líderes de dos potencias del Sur Global— confiere al evento un fuerte peso simbólico. Si bien Brasil ha mantenido una postura oficialmente neutral respecto a Ucrania, su participación en este acto será vista como una señal de autonomía geopolítica, en momentos en que las presiones diplomáticas de Estados Unidos y la Unión Europea se intensifican.
Un desfile militar con participación extranjera
El Kremlin informó que desfilarán tropas de 13 países, incluidos efectivos chinos, egipcios, vietnamitas, birmanos y de repúblicas exsoviéticas. Esta dimensión multinacional busca presentar a Rusia como parte de un eje alternativo de poder global, especialmente ante la continuidad de sanciones occidentales y la prolongación del conflicto en Ucrania.
Desde Kiev, el gobierno ucraniano advirtió este martes que la participación de soldados de terceros países en el desfile equivaldría a “compartir la responsabilidad” de las acciones militares de Rusia. La crítica apunta directamente a los países que, sin apoyar abiertamente la invasión, han optado por mantener relaciones estratégicas o simbólicas con Moscú.
América Latina: entre la diplomacia y la ambigüedad
La presencia de Brasil y Cuba —acompañados por Venezuela en actos anteriores— confirma que Rusia conserva aliados y socios en América Latina, región donde ha buscado mantener influencia en materias de energía, defensa y cooperación tecnológica. Para el Kremlin, estas alianzas son claves para contrarrestar el aislamiento impuesto por Occidente desde 2022.
Sin embargo, esta participación también podría generar repercusiones diplomáticas en foros multilaterales, especialmente si el mensaje de Putin intensifica su retórica antioccidental o busca legitimar nuevas ofensivas militares.
Con información de Agencias
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