El uruguayo Federico Ezequiel Santoro Vasallo, conocido como Capitán y por ser el testaferro de Sebastián Marset, se declaró culpable ante la Justicia de Estados Unidos, donde había sido extraditado desde Paraguay por una conspiración de lavado de dinero que involucró millones de dólares provenientes del narcotráfico.

Según informó el departamento de Justicia estadounidense, Santoro Vasallo fue un “estrecho colaborador” de Marset, de 29 años, que describen como “un narcotraficante transnacional responsable del traslado de toneladas de cocaína con un valor millonario desde Sudamérica a Europa”.

En esa línea, Santoro se declaró culpable de haberse desempeñado como blanqueador de dinero transnacional para organizaciones narcotraficantes y de haber facilitado el traslado de millones de dólares provenientes del narcotráfico desde diversos países de Europa a Sudamérica, así como a otras regiones.

Marset, que está prófugo después de que el gobierno de Luis Lacalle Pou le entregara un pasaporte que lo habilita a viajar, es acusado de liderar una organización de narcotráfico a gran escala que trafica cocaína en Bolivia, Paraguay, Uruguay, Brasil, Bélgica, Países Bajos y Portugal, entre otros países.

Según la Justicia de Estados Unidos, Santoro y sus cómplices organizaban la recaudación de las ganancias del narcotráfico y utilizaban mensajeros y fichas para entregar, de forma encubierta, grandes cantidades de dinero ilícito, generalmente en euros.

De ese modo, los cómplices de Santoro se ocupaban de ingresar el dinero ilícito en el sistema bancario global. Luego, el testaferro de Marset dirigía la transferencia internacional de los fondos, generalmente mediante transferencias bancarias.

Santoro solía exigir que los fondos se entregaran en dólares estadounidenses y que un banco corresponsal en Estados Unidos facilitara la transacción.

La investigación estadounidense determinó que el uruguayo utilizó al menos siete empresas para facilitar la transferencia de dinero, así como también que ocultó la ubicación y la propiedad de los activos blanqueados mediante el uso de empresas no relacionadas.

Santoro usó empresas registradas en América del Sur y Asia para recibir el producto blanqueado del narcotráfico y ocultó el origen de los fondos mediante la creación de facturas falsas para justificar las transferencias bancarias, precisó el Departamento de Justicia.

Estados Unidos, que ofreció una recompensa de US$ 2 millones para ubicar a Marset, sostiene que él y Santoro usaron “violencia para proteger sus actividades de narcotráfico y lavado de dinero”.

En menos de cinco meses, Santoro blanqueó millones de dólares y dirigió el movimiento de al menos US$ 8 millones de dólares. Como pago, el testaferro de Marset recibió un porcentaje del dinero ilícito que blanqueó.

Marset está acusado de liderar una red criminal transnacional y es uno de los principales investigados en la Operación A Ultranza Py, la más grande en la historia de Paraguay contra el tráfico de cocaína. Las autoridades lo vinculan con al menos 16 toneladas de droga incautadas en Europa y América del Sur, incluyendo un cargamento récord de 11 toneladas interceptadas en el puerto de Amberes, Bélgica, en 2021.