Trump endurece política de visados: "Queremos estudiantes, no alborotadores"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió este viernes las recientes decisiones de su istración en materia migratoria y educativa, entre ellas la suspensión temporal de los visados estudiantiles y el veto a la matriculación de extranjeros en Harvard, argumentando que el país quiere “a los mejores estudiantes, no a quienes causan problemas”.

“Queremos tener excelentes estudiantes aquí. Simplemente no queremos estudiantes que causen problemas”, declaró Trump durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, en la que también despidió formalmente a Elon Musk, quien deja su puesto como titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

La medida, que ha generado críticas desde sectores académicos y defensores de derechos civiles, se enmarca en una ofensiva más amplia de la Casa Blanca contra instituciones educativas consideradas por el oficialismo como bastiones del progresismo.

El Departamento de Estado, bajo la conducción de Marco Rubio, anunció esta semana que las secciones consulares no procesarán nuevas citas para visados F y J (estudiantes y visitantes de intercambio), mientras se prepara una política que implicará una revisión más estricta de las redes sociales de los solicitantes. Además, se contempla la revocación de visados de estudiantes chinos, especialmente aquellos vinculados a campos científicos sensibles o con presuntos nexos con el Partido Comunista Chino.

En el centro de esta cruzada se encuentra la Universidad de Harvard, institución que ha sido señalada por el gobierno por, según sus palabras, “tolerar el antisemitismo” y mantener políticas de isión “injustas” y “parciales”.

“No creo que Harvard se haya portado muy bien”, dijo Trump, en referencia a la orden ejecutiva que pretendía retirar su autorización para itir estudiantes internacionales, decisión que fue bloqueada temporalmente por una jueza federal esta semana.

Las nuevas medidas son vistas por observadores como parte de una estrategia electoral del presidente para capitalizar el descontento conservador con las universidades de élite y con la creciente ola de protestas propalestinas en los campus.

En base a AFP